No eres tú, soy yo;

con mi tiara de vidrio, mi vestido carmesí,

descubierta trasnochada donde otro te indicó:

este lienzo que has comisionado “exclusivamente” para ti.

Eres tú, no soy yo;

y hace tantos años que me despedí.

Fue otro quien te desapareció,

y de todo lazo me desentendí.

No eres tú, eres yo;

con tu sola imagen quedé absorbida.

Sin saber cuan poco esfuerzo esto implicaría:

verte, tocarte y ser tocada… muerte en la herida.

Soy yo, eres tú;

tan necesitados de amor y cariño.

Hijo de mi vudú,

he hecho un hombre de ese dulce niño.

No soy yo y no eres tú;

yo no existo y tú tampoco.

Aquí, en París, Roma o Perú;

si supieras te volverías loco.

Tú eres tú y yo soy yo;

madre e hijo quizás en otra vida.

Y es otra vida la que pude vivir hoy,

pues mi alma no te olvida.


Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *